martes, 21 de diciembre de 2010

El papel en blanco

«A veces siento tentaciones de enfrentarme con los papeles en blanco y empezar a poner letras, unas detrás de otras, a ver lo que sale».

Camilo José Cela
Mrs. Caldwell habla con su hijo
Cap. 156
Ediciones Destino (1953)












¿Quieres empezar a escribir? Lo primero que tienes que hacer es leer.

¿Y lo segundo? Escribir.

Nunca hay que tenerle miedo a un papel en blanco. Dale un par de folios a un niño y un lápiz. ¿Crees que saldrá corriendo a esconderse debajo de la cama? Pues vamos a intentar recuperar esa actitud cada vez que estemos delante de un espacio en blanco. Escribe, escribe todo lo que se te ocurra sin miedo a la ortografía, la organización, la gramática o los futuros lectores, incluidos los jefes, supervisores o juzgados de guardia. Ya nos ocuparemos de eso más adelante.

A lo largo de los años he encontrado a muchas personas que querían escribir para ser periodistas, poetas, narradores, o sencillamente para ligarse a la vecina del 5º por Facebook. Siempre les he dicho lo mismo: escribe. Y muchas veces me he encontrado con la respuesta: pero es que yo no sé, enséñame. Pues una cosa que quede clara: PARA APRENDER A ESCRIBIR HAY QUE ESCRIBIR. Y LEER.

Con este blog pretendo enseñar lo poco o lo mucho que he ido aprendiendo durante años, aunque no sólo hablaré de las letras pues existen muchas formas de comunicar. Estamos hartos de escuchar que una imagen vale más que mil palabras, ¿puede una palabra cambiar el significado de mil imágenes? ¿Podría una melodía añadir un sentido irónico en un guión de cine? Los recursos comunicativos son complementarios, hablar de valor no tiene mucho sentido. Unos tendrán más peso en una situación y menos en otra.

Pero como el viaje tiene que empezar en algún sitio, ¿qué tal si nos dejamos llevar por la tentación de coger un papel en blanco y comenzar a poner letras, unas detrás de otras, a ver qué sale?





No hay comentarios:

Publicar un comentario